sábado, 22 de diciembre de 2012

La Urna y la Locura


La Urna espera pacientemente a que llegue el papel doblado, como una caricia.



El hombre aprieta el puño, guarda el papel en la caja que por un instante es suya y respira. Al deslizarse el voto por el agujero la suerte del mundo se cuelga de sus hombros y lo arrastra a los rincones más pobres e injustos. Tan mal están las cosas. Y la guerra y la miseria pesan sobre sus párpados, cerrándolos hasta que el respiro termina y el aire exhalado deja la placentera sensación de ciudadanía.

Los granitos de arena se acumulan en las urnas y en las bocas, las televisiones y las radios. Cada cual con la conciencia limpia y una mezcla de poder y libertad merodeando en el estómago.

Los que llegaron a salvar el mundo y apretaron con fuerza el bolígrafo desearon que alguien los estuviera filmando mientras concretaban su hazaña.

Los que entraron con la seguridad de que el mundo está perdido pero aún así depositaron su alma en el papel en ese instante en que se perdió en el agujero, fueron mártires también en ese instante.

La libertad, el poder y la conciencia limpia, las manos en los bolsillos.

El candidato y su esposa cuidan sus palabras y saludan. Llegan las banderas y los pitos, la caravana continúa y derrama sus colores en los parques.

Luego, los expertos y las estadísticas auguran cielo o infierno. O quizás el mismo purgatorio que se posó en los párpados del votante y que ésta vez se frivoliza en porcentajes. La decisión del pueblo con sus granitos de arena afectará la oferta de fondos prestables, la vida del nieto del presidente y el precio del jabón con el que se limpia el culo. Pero los números de seis dígitos lo congelan todo y lo camuflan: Hay un otro que vive lejos. Un culpable anónimo cuyo nombre es "gente ignorante" o "colega revolucionario con visión y futuro".

Y la ausencia o la anonomia le permite al hombre que frunció el ceño frente a La Urna levantar una copa para brindar en nombre del cielo, del infierno, o del mismo purgatorio que se viene por cuatro años más.

Es un circo, un reality, un espectáculo de magia.